Despidamos el 2023 y recibamos el 2024 contemplándonos agradecidos y listos para vivir en armonía y sabiduría
El cierre de ciclos en general, y de año en particular, es siempre un periodo significativo en nuestras vidas. Poniendo al margen las distintas celebraciones y fuegos artificiales, este periodo de acercamiento al fin de año nos lleva a reflexionar sobre lo vivido durante los últimos doce meses. Pero la reflexión es relativa a los beneficios (o fiascos) materiales, casi siempre.
LA ACCIÓN DE MIRAR LO SAGRADO
Pero, haciendo caso omiso a los logros o fracasos, ¿podemos llevar a cabo una reflexión, o mejor aún, una contemplación, más profunda? Veamos la contemplación como la acción de mirar lo sagrado.
Consideremos la Espiritualidad como la práctica de ser incondicionales con nosotros mismos. Cuando la observación del fin de ciclo es una mirada espiritual cuya base es una contemplación incondicional, el cierre del año es una oportunidad singular para apreciar (sin juicio) lo que se ha vivido internamente durante el ciclo que se está terminando; esta incondicional apreciación y gratitud se convierten en las columnas vertebrales del nuevo ciclo. Convertimos así el Cierre en un Inicio.
La contemplación, dicha como una observación hacia nuestro interior sagrado, es una invitación de practicar la apreciación de quiénes somos como seres, quienes eligen sus acciones desde la sintonización con sus más altos valores. A partir de esa observación transformamos las adversidades y obstáculos de los últimos doce meses en elementos orgánicos del camino, dejando a un lado cualquier frustración, resultante de ellos. De esta forma accedemos a las bendiciones, creando una claridad emocional y eligiendo conscientemente ver oportunidades en el año que está por iniciarse.
APRECIEMOS QUIÉNES SOMOS
Con la claridad emocional antes mencionada, nos facilita practicar una evaluación contemplativa y hacer la siguiente pregunta: “¿En cuántas personas impacté positivamente durante los últimos doce meses?” E independiente de la respuesta, nos puede llevar a una decisión: “En el ciclo que se está iniciando, haré lo posible para ser elemento que suma y mejorar la vida de las demás personas.” El resultado, además de garantizar nuestra evolución, es acceder a la plena sapiencia que estamos participando activamente en la mejora de la condición humana.
El proceso nos lleva además a establecer intenciones nítidas, alineadas con la claridad de que uno de los mayores gozos de nuestra existencia es simplemente compartir con humildad nuestra luz. Cuando establecemos metas, basándonos en nuestra incondicionalidad espiritual, contribuimos de forma natural y positiva al mundo que nos rodea.
SINTONICEMOS CON LA FRECUENCIA DE LA CREACIÓN UNIVERSAL
Es una forma de renovación espiritual que propaga propósitos y significado, guiados por principios que trascienden las preocupaciones mundanas y nos sintoniza con la frecuencia de la creación universal. Mediante esta conexión facilita encontrar paz interna en medio del caos, caminando confiados en que el camino simplemente se desdobla ante nosotros.
Abracemos esta perspectiva espiritual, cerrando el 2023 e iniciando el 2024 contemplándonos agradecidos, con almas renovadas, listos para vivir en sabiduría, amor y paz.
Moshé Habia
Especialista en Patrones de Comportamiento Humano; Sexualidad Humana; Espiritualidad y Desapego
In: @moshehabia
Fb: Page moshe habia terapeuta