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FINTECH

El motor silencioso que redefine las finanzas globales.

Redacción Alto Perfil

El auge de los smartphones y la aceleración digital provocada por la pandemia de covid-19 han reconfigurado la forma en que el mundo entiende las finanzas. Lo que antes era terreno exclusivo de bancos tradicionales, hoy es compartido —y en muchos casos liderado— por las Fintech, empresas tecnológicas que están revolucionando los servicios financieros a nivel global.

El término Fintech engloba una amplia gama de soluciones, desde métodos de pago digitales hasta asesoramiento patrimonial automatizado, créditos, remesas, blockchain, robo advisors, criptomonedas, y más. Pero su característica común es clara: la tecnología como base para democratizar y eficientar los servicios financieros.

Los smartphones han sido la puerta de entrada natural para millones de usuarios a este nuevo ecosistema. Gracias a ellos, se han multiplicado las posibilidades de gestionar finanzas personales y empresariales sin necesidad de visitar una sucursal.

Según el estudio de EADA Business School e ISDI, el 70% de los profesionales del sector considera que la expansión del negocio Fintech es imparable. De hecho, el 65% de ellos ya utiliza servicios de esta nueva banca en su vida diaria.

La innovación de estas plataformas tiene múltiples propuestas que no solo benefician al consumidor sino también a los negocios

La clave de su éxito radica en la hiperpersonalización de la experiencia del usuario, el uso de inteligencia artificial para recomendar productos, y la automatización de procesos. Y esto apenas comienza.

América Latina: un terreno fértil

En regiones como América Latina, el crecimiento de las Fintech ha sido vertiginoso. Según previsiones de Statista, la región podría superar los 380 millones de usuarios de servicios Fintech para 2025. Este fenómeno ha convertido al sector en uno de los más atractivos para los fondos de venture capital: en 2022 captó el 34.8% del total de la inversión regional, unos 2.7 millones de dólares en 190 acuerdos.

Para seguir atrayendo capital, las Fintech deben ofrecer soluciones reales, con modelos escalables y una propuesta de valor clara. Esto implica no solo enfocarse en la experiencia del usuario, sino también demostrar que pueden operar con márgenes sostenibles y cumplir con las normativas regulatorias.

Retos y oportunidades

No todo es crecimiento acelerado. Las Fintech latinoamericanas enfrentan desafíos estructurales. Uno de los principales es el acceso limitado al crédito con tasas razonables, algo común en países desarrollados pero aún escaso en la región.

Además, persisten barreras como la baja cultura financiera, la informalidad laboral, la desconfianza hacia instituciones y una menor capacidad de ahorro o inversión. Según expertos, el verdadero reto no está solo en crear nuevos servicios, sino en derribar esas barreras para lograr una inclusión financiera real y masiva.

Otro punto clave es la necesidad de robustecer sus equipos con talento técnico y visión estratégica, además de contar con medidas de ciberseguridad sólidas que protejan los datos financieros de los usuarios.

B2B: una nueva frontera

Muchas Fintech comenzaron con modelos B2C, pero ahora pivotean hacia el B2B. Se abren oportunidades en verticales como pagos cross-border, divisas, automatización de pagos masivos, inteligencia de negocios para tesorerías, y más. Además, cada vez más plataformas no financieras integran soluciones Fintech para mejorar su propuesta de valor. Por ejemplo, startups de economía circular como GoTrendier ya exploran la implementación de wallets digitales para facilitar transacciones dentro de su ecosistema.

El futuro de las Fintech no se limita a ser una industria más, se están convirtiendo en el componente vital de muchas otras industrias.

El caso mexicano

México es un ejemplo destacado en la región. De acuerdo con el Finnovista Fintech Radar 2025, el país cuenta con 1 mil 014 startups Fintech, de las cuales 803 son nacionales y 301 extranjeras. En solo dos años, el número creció en 131 empresas. El país ha comenzado a transitar hacia un nuevo paradigma, donde las startups ya no son vistas como disruptoras externas, sino como actores centrales en el rediseño del sistema financiero.

Sin embargo, la regulación aún es incipiente. Solo las Instituciones de Fondeo Colectivo (IFC) y las Instituciones de Fondos de Pago Electrónico (IFPE) están sujetas a supervisión, lo que deja fuera a una gran cantidad de modelos aún por formalizar.

Las Fintech llegaron para quedarse. Pero su éxito no se medirá solo en número de usuarios o inversión captada. Lo verdaderamente transformador será su capacidad de cerrar brechas, integrar mercados y generar valor sostenible para todos los segmentos de la población. El futuro financiero no será solamente digital, será colaborativo, incluyente e inteligente.

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